11/3/17

Salud femenina: nuevos escenarios demandan nuevos cuidados

Salud femenina: nuevos escenarios demandan nuevos cuidados

 Su bienestar está condicionado por situaciones individuales y sociales. Los hábitos, la sobrecarga de trabajo y la mayor exposición a situaciones estresantes impactan en el cuerpo y en la mente. Recomendaciones para prevenir y sentirse mejor.

lavoz.com.ar

La exposición a diversas y nuevas situaciones estresantes pone en riesgo el bienestar físico y psicológico de las mujeres. Sostener el cuidado de la familia, enfrentar la sobrecarga laboral o el desempleo, los nuevos y dinámicos estilos de vida y exigencias demandan cuidados y controles específicos.

“Existen condiciones y problemas propios de la mujer referidos al embarazo, la menopausia y los órganos femeninos. Y aunque las mujeres y los hombres tienen problemas similares de salud, el modo en que se presentan o desarrollan, y la frecuencia de algunas enfermedades en las mujeres pueden ser diferentes. Por ejemplo, la mujer tiene más probabilidad de mostrar signos de ansiedad o depresión, de padecer osteoartritis, o de tener infecciones del tracto urinario”, dice el médico clínico Marcelo Yorio, decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

Un 20 por ciento de argentinos y argentinas padecen alguna enfermedad mental y, de ese porcentaje, la mayoría son mujeres, cuenta el licenciado en Psicología Iván Santucho. ¿Por qué? Aclara que hay muchas razones que explican esta realidad. Sobresale el hecho de que las mujeres participan de “un mayor número de acontecimientos estresantes”.

Entre los factores que contribuyen a padecer enfermedades mentales hay causas sociales como el desempleo, la sobrecarga laboral o la exposición a violencia psicológica o física. Además, están los factores de riesgo individuales (alteraciones genéticas, bajo peso al nacer, mala salud física, déficit en habilidades sociales o pobre autoestima). Factores del ámbito familiar y lo transitado en la escuela (bajo rendimiento, relaciones conflictivas, violencia escolar o social, entre otras) también influyen.

Santucho agrega que existen los eventos “gatillantes”. Se trata de situaciones –como sufrir abuso físico, sexual, emocional, la muerte de un familiar o quedarse sin empleo, entre otros– que pueden desencadenar algún trastorno.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades no transmisibles son responsables del 75% de las muertes en el mundo. Se trata de patologías cardíacas, accidentes cerebro vasculares, enfermedades respiratorias crónicas, accidentes, diabetes, etcétera.

María Elena Fontana, médica nutricionista del centro Psiclo, señala que además de la predisposición genética, los hábitos y el actual estilo de vida son las principales causas de padecer una de esas enfermedades. “Mala alimentación, consumo de alcohol, tabaquismo, falta de actividad física, estrés crónico y la alteración en el ritmo del sueño son una constante. La mujer está sometida a una mayor tensión debido a la creciente responsabilidad laboral y la crianza de los hijos. A esto debe sumarse la exigencia social de responder a ciertos cánones de belleza”, señala y agrega que la falta de tiempo y el exceso de responsabilidades generan situaciones de ansiedad y angustia que llevan a buscar alternativas de gratificación sin priorizar la salud. “Por eso, en las últimas décadas han crecido exponencialmente la obesidad, la bulimia, la anorexia y otros trastornos inespecíficos, que no siempre son reconocidos”, advirtió Fontana.


Para estar bien

Tener hábitos alimentarios saludables es una recomendación reiterada. Para ello, “es necesario organizarse, planificar las comidas de manera diaria o semanal, respetar al menos cuatro comidas diarias (desayuno, almuerzo, merienda y cena), incluir todo tipo de alimentos en porciones controladas, y privilegiar alimentos nobles y evitar los ultraprocesados. Tampoco hay que caer en dietas de moda o fanatismos alimentarios mediáticos, es necesario controlar el consumo de alcohol – ya que las mujeres tenemos menos capacidad de metabolizarlo que los hombres-, especialmente, evitar bebidas blancas con jugos o gaseosas azucaradas”, recomienda Fontana.

Enfatiza que es necesario respetar momentos de descanso y de esparcimiento, hacer alguna actividad física de manera regular –en lo posible, al aire libre– y desarrollar actividades que nos den placer: deportes, arte, actividades sociales o terapia antiestrés. Además, sugiere “no llevarse trabajo al hogar y ¡permitirse disfrutar!”, aconseja.

Para hacerle frente a otro de los hábitos indeseados como el tabaquismo, la neumonóloga Susana Vanoni dice las del ministerio de Salud: “si no fuma, no inicie; si fuma, abandone definitivamente; proteja a los suyos, declare su casa y auto libres del consumo de tabaco. Es imperativo agregar que se puede dejar de fumar con ayuda médica adecuada, que no hay que recurrir al cigarrillo electrónico y recodar que no existe un truco de magia que sirva para dejar de fumar”.

A la lista de sugerencias, Yorio agrega que para conservar la salud hay que realizar visitas periódicas al médico de cabecera, “al menos una vez al año cuando para lo que conocemos como un chequeo médico; o bien, con la frecuencia requerida por el profesional si se trata de una patología controlada. Eso, en la mayoría de los casos permite solucionar el problema o reducir significativamente el riesgo de una mala evolución o complicaciones.

Las pruebas de detección buscan enfermedades antes que aparezcan los síntomas, de la misma manera que un examen médico periódico, que, de acuerdo al sexo y la edad, busca alertas para una actuación específica”, dice.


Factores de protección


No todos los factores son de riesgo, aclara Santucho: “También están los factores que protegen. Entre ellos, realizar actividad física de modo regular. Es tan efectivo como un antidepresivo para el control de los síntomas de la depresión y de igual impacto para prevenir recaídas. El ejercicio reduce los sentimientos de estrés y sus efectos perjudiciales. También contribuye a la mejora del autoconcepto”, dice el psicólogo.

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